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El aprendizaje en línea permite acceder a una educación de calidad eliminando prácticamente todas las barreras económicas, de distancia, tiempo y espacio, mientras que la educación presencial continua siendo costosa y está limitada por una serie de condicionantes.
La educación presencial obliga a todos los involucrados a desplazarse hacia los centros de estudio. Desde el punto de vista medio ambiental, la educación online reduce significativamente, la huella de carbono al evitar que tengamos que movilizarnos para llegar al centro de estudio, con la metodología el centro de estudio viene a nosotros.
La educación presencial requiere de costosas infraestructuras (aulas, oficinas, cafeterías, etc.) mientras que la educación online no, lo cual elimina o reduce significativamente los costos.
La educación online el énfasis se centra en el participante, quien es el protagonista del proceso, mientras que en el presencial es el profesor el protagonista, tiene el control y conocimiento y lo imparte de manera estandarizada para todos.
Lo más impactante de la educación online es la capacidad que tiene para expandirse exponencialmente y democratizar la educación, al permitir que millones de personas en los lugares más recónditos del planeta puedan acceder a diferentes tipos de estudios y centros que de manera presencial simplemente, no sería posible.
No obstante a ello, también presenta grandes desafíos.
El primer reto que presenta en relación al presencial tiene que ver con la socialización, los lazos que se generan al pertenecer a un grupo social, el cara a cara con los compañeros, el profesorado e incluso, el staff administrativo.
Para el estudiante requiere además de manejar herramientas digitales y una buena comunicación especialmente a nivel escrito, de mucha organización, disciplina y foco, eliminando o minimizando las distracciones que pueden hacerle procrastinar y no lograr su objetivo.
Para profesorado, por su parte, requiere cambiar completamente su metodología y su rol en el aula. Pasa de ser el experto, el sujeto activo a convertirse en un facilitador y diseñador de experiencias de aprendizaje, al igual que el estudiante requiere organizarse, actualizarse de manera permanente y adquirir nuevas competencias para poder manejar herramientas y el nuevo entorno digital.
Finalmente y no menos importante, para el centro educativo, requiere cambiar el perfil de sus colaboradores tanto académicos como administrativos, contar con plataformas intuitivas que sustituyen los entornos físicos y la interacción cara a cara.
Odalis Rojas | Directora