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Desde que comenzó la pandemia en marzo del 2020, cada empresa se enfrentó por lo menos a cuatro retos estratégicos.
1.- Garantizar la continuidad de las operaciones del negocio, asegurándose de seguir produciendo y ofreciendo soluciones a los clientes.
2.- Hacer más eficientes las operaciones de manera que, estas ganancias de eficiencia, tuvieran un impacto directo en el desempeño de la empresa,
3.- Acompañar un proceso de transformación del puesto de trabajo que permitiera el teletrabajo, garantizando la bioseguridad de los trabajadores en sus casas y también los que laboraran desde sus oficinas.
4.- Evaluar y rediseñar todos los procesos para que una vez superado este primer período de confinamiento las organizaciones logren transformarse en organizaciones ágiles.
En que consiste cada reto estratégico.
El primer reto, obligó a hacer una evaluación detallada del modelo de negocio de cada empresa, y realizar ajustes en función de la nueva realidad.
Reducir gastos y costos no prioritarios y actuar con velocidad para minimizar los riesgos y mantener al máximo las operaciones.
Se expandieron las soluciones de ecommerce, el delivery, las aplicaciones web y la economía digital.
De igual manera, se redujeron y tuvieron que cerrar los negocios de alta interacción y con problemas para mantener la bioseguridad: conciertos, espectáculos, hoteles, restaurantes, peluquerías, tiendas, colegios, universidades, líneas aéreas, etc.
De igual forma, servicios con alto componente de interacción y contacto físico se tuvieron que adaptar drásticamente o transformar como parques temáticos, museos, discotecas, eventos deportivos, etc.
La clave para efectuar este reto de “garantizar la continuidad del negocio” es tener claridad estratégica, entender las fortalezas y debilidades de cada empresa, así como las oportunidades y amenazas.
Quienes tenían una evaluación más completa de su competitividad pudieron de forma más temprana hacer estos ajustes. Las empresas que habían emprendido iniciativas digitales tuvieron una ventaja.
Las competencias principales para efectuar estos ajustes son: pensamiento estratégico, pensamiento analítico e innovación.
El segundo reto: “Hacer más eficientes las operaciones” tiene como objetivo centrarse en mejorar las líneas de negocio o los procesos medulares de la empresa buscando más eficiencia para contrarrestar la caída de los ingresos, estas acciones tienen un impacto directo en los resultados generales de la empresa.
Empresas de consumo masivo, logística, farmacéuticas y la banca aplicaron el criterio de favorecer unos productos y servicios por encima de otros que se vieron mermados, en ese caso aplican estrategias de mejorar eficiencia en los que están siendo más demandados.
Las competencias requeridas para este reto son la orientación a resultados, la optimización de procesos, design thinking, la solución analítica de problemas y el mejoramiento continuo.
Las empresas que tenían iniciativas de mejora de la calidad pudieron mejorar con mayor rapidez sus operaciones.
El tercer reto: “Acompañar el proceso de transformación del puesto de trabajo” se convirtió en un aspecto esencial y estratégico, dejó de ser ámbito de Talento Humano y pasó a ser un aspecto principal de la dirección.
No es solo entender la evolución en la forma de trabajar, administrar los esquemas híbridos sino también el cambio cultural que invierte el paradigma: el trabajador va a la empresa a trabajar al nuevo paradigma que consiste en que el trabajo va a la casa de cada trabajador.
Dotar de un ambiente cómodo para hacer teletrabajo va más allá de mandar a los colaboradores a sus casas, significa entrenarlos en teletrabajo, dotarles de infraestructura y tecnología, sin olvidar un aspecto fundamental en esta nueva realidad que es el cambio de la cultura del presencialismo a una cultura de gestión por objetivos, donde la confianza en el teletrabajador y la delegación de tareas son asuntos de gran importancia.
Crear una cultura digital con el teletrabajo como protagonista es crucial y marca la diferencia entre el éxito del teletrabajo o su fracaso.
A esta realidad del teletrabajo, se debe agregar el reto de garantizar la bioseguridad de los colaboradores, para lo cual se realizaron importantes capacitaciones online sobre protocolos de bioseguridad que concientizaron a los teletrabajadores y también a los que, por la naturaleza de la tarea, laboraban presencialmente en las empresas.
Las competencias requeridas para este reto son la empatía, para entender los diferentes estados emocionales de los colaboradores, escucharlos e influir en soluciones concertadas, la comunicación online y presencial para comunicar los lineamientos de la empresa y la competencia de gestión de riesgos para buscar e implementar los mejores protocolos de bioseguridad para el talento de la empresa.
El cuarto reto, “Evaluar y rediseñar todos los procesos”, se realizó con diferentes profundidades dependiendo del tipo de empresa y la experiencia en ese aspecto, uno de los asuntos críticos es la incorporación de soluciones tecnológicas que mejoren los procesos la automatización de tareas repetitivas, softwares para hacer trabajo colaborativo, gestión de proyectos, CRM para gestión de clientes, etc. todos estos aspectos mejoran la experiencia del cliente y también la experiencia del colaborador, convirtiéndose los procesos depurados con apoyo tecnológico en un factor de retención y atracción de talento.
Las competencias principales para rediseñar estos procesos con innovación tecnológica son: la competencia de optimización de procesos, el pensamiento analítico y el pensamiento sistémico.
La conclusión: si tuviéramos que sintetizar lo que ha pasado, lo podría resumir diciendo que, con la pandemia, las empresas han tenido que reaccionar rápidamente evaluando su modelo de negocio y realizando ajustes que optimicen su funcionamiento, centrándose en los factores vitales, revisando procesos e incorporando tecnología.
Adicionalmente, se puso en evidencia la necesidad de avanzar en una cultura digital, donde el teletrabajo es una expresión cotidiana de un cambio inminente que inundará todos los ámbitos en los próximos meses.
Alejandro Rivera Prato/ Director de Formación Smart
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