Varios factores influyen para que los indicadores de gestión cada día sean más relevantes; entre ellos, que estamos en un mundo globalizado con productos y servicios interconectados que compiten intensamente.
Conocemos los estándares de gestión y de rendimiento de cualquier industria y entendemos que estos indicadores son una guía de cuán cerca o cuán lejos se encuentra una gestión, un producto o servicio de los más eficientes del mercado.
Los indicadores de gestión son muy utilizados y brindan una idea de la eficiencia y efectividad en la gestión; ejemplo de ello son los índices de competitividad por país, los rankings de universidades e incluso los famosos Great Place to Work (mejores empresas para trabajar) que, sin ser la fuente más confiable, es usada para ver cuán lejos o cerca está una empresa de una gestión del talento de clase mundial.
El razonamiento guarda lógica, si las empresas emblemáticas por su calidad, por su servicio, por su innovación o por su eficiencia tienen determinados indicadores de gestión, se desprende que hacen las cosas bien y, en consecuencia, ver sus indicadores de gestión, da una idea de la eficiencia en la gestión de una empresa de clase mundial.
Cada industria tiene sus propios indicadores; por ejemplo, la industria eléctrica maneja indicadores de las pérdidas de energía, de las cobranzas y del número de empleados por kilovatio entregado. Las empresas del sector turístico tienen los indicadores de satisfacción, de consumo promedio, de quejas y de frecuencia de visitas. Cada industria se gobierna y evalúa a partir de los indicadores principales del negocio.
Sin embargo, existen otros indicadores menos visibles, menos publicitarios, pero de gran importancia en las empresas, que reflejan cómo se hacen las cosas por dentro, son indicadores predictivos de la gestión interna y son muy importantes para entender las prioridades por dentro.
Algunos ejemplos son: los indicadores de horas de operación sin accidentes laborales, los indicadores de mantenimiento preventivo, los indicadores del porcentaje de mujeres en cargos directivos o el número de horas de capacitación que recibe cada colaborador de una empresa. Estos indicadores son fundamentales y ayudan a entender una empresa desde sus cimientos; es decir, su verdadera naturaleza.
La capacitación debe ser para todos y permanente
Ya es obsoleta la idea de hacer una capacitación puntual en el marco de la convención anual, o cuando se va a instalar un nuevo sistema administrativo. Actualmente, se entiende que la formación y capacitación es una actividad permanente y cotidiana de la gestión del talento de una empresa y debe considerar aspectos como la inducción y reinducción, aspectos técnicos relativos a la operación propia de cada negocio y aspectos de competencias blandas (soft skills) que son extremadamente necesarias para lograr eficiencia, mejores resultados y buen clima laboral.
Con el auge de las tecnologías de información, cada día se aprovecha más el e-learning para formar y capacitar a los colaboradores de las organizaciones. Entre sus numerosas ventajas se encuentran la amplitud de temáticas disponibles, los costos reducidos, la calidad de la formación y la disponibilidad de capacitar desde cualquier lugar al ritmo de cada persona.
Esa utilización creciente de la capacitación online combinada con algunas actividades presenciales ha dado como resultados indicadores crecientes en las horas de capacitación por empleado al año. Muchas veces no se tiene referencia de cuánto es un buen indicador de la capacitación en una empresa y la falta de referencia limita las iniciativas y la realización de esta importante práctica.
Indicadores de referencia
Un estudio realizado por la empresa de investigación Ask Statista sobre 143.283 empresas de los Estados Unidos en el año 2022 relativo a cuántas horas de capacitación realizaron en el año, dio los siguientes resultados:
Las empresas de tamaño pequeño (menos de 1000 empleados) tuvieron un promedio de 61 horas/año de capacitación por empleado.
Por otra parte, las empresas de mediano tamaño (entre 1.001 y 9.999 colaboradores) realizaron 71 horas/año de capacitación por empleado.
Las grandes empresas (más de 10.000 empleados) dieron 46 horas/año de capacitación promedio a cada empleado.
Estos indicadores dan una idea general, pero valiosa de la formación y capacitación que se realiza en algunas empresas de los Estados Unidos. En Latinoamérica es sumamente difícil disponer de indicadores que permitan hacer benchmarking de estas prácticas, pero una comparación con estos indicadores es un buen comienzo.
Finalmente, podemos decir que una empresa que no tenga un indicador de por lo menos 40 horas/año de capacitación, está muy por debajo de los estándares de las empresas de clase mundial.
Director Formación Smart