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Design Thinking, es una buena herramienta para desarrollar proyectos e innovación, cambiar modelos de negocio y encarar cambios en productos y servicios en las empresas. Siendo un arma poderosa para la innovación ya que se basa en diseñar experiencias, no productos, y eso implica adaptarse a la persona y no hacer que la persona se adapte a lo que le ofrecemos.
En estos momentos se necesitan pensadores que mejoren nuestro entorno social, económico, medioambiental y que ayuden no solo a buscar soluciones a problemas, sino que sean visionarios de nuevas oportunidades.
El pensamiento de diseño imagina el futuro y explora posibilidades de lo que podría ser a través de la observación y la empatía, visualiza ideas, experimenta con prototipos para recoger feedback antes de que se empleen muchos recursos en su desarrollo y por último termina implantando las soluciones mejores.
Es una manera de resolver problemas reduciendo riesgos y aumentando las posibilidades de éxito. Empieza centrándose en las necesidades humanas y a partir de ahí, observa, crea prototipos y los prueba, consigue conectar conocimientos de diversas disciplinas (psicología, sociología, marketing, ingeniería, entre otros) para llegar a una solución humanamente deseable, técnicamente viable y económicamente rentable.
Design Thinking trabaja con tres elementos fundamentales para que los proyectos sean innovadores, estos son: la viabilidad económica, la factibilidad tecnológica y el deseo de las personas.
Hoy, sin duda, las mentes creativas y el trabajo colaborativo marcará un antes y un después en las organizaciones. El cambio en la empresa a través del design thinking aporta las herramientas necesarias para esta transformación.
Se necesitan nuevos productos, nuevas ideas, nuevas estrategias que impacten en la sociedad de una forma positiva y que consigan emocionar a nuestros usuarios.
Te invitamos a conocer más sobre este tema en nuestro curso online de Design Thinking.