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Para iniciar un proceso de planeación estratégica se debe tener bien claro qué es y en qué consiste el proceso.
No obstante, la planeación estratégica se define como un proceso que permite decidir de antemano qué tipo de esfuerzos de planificación deben ser realizados, cuándo y cómo deben realizarse, quién lo llevará a cabo, y qué se hará con los resultados obtenidos. La planeación estratégica es sistemática en el sentido que es organizada y conducida en base a una realidad entendida.
Las empresas la definen como un proceso continuo, flexible e integral, que genera una capacidad de dirección. Capacidad que da a los directivos la posibilidad de definir la evolución que debe de seguir su organización para aprovechar, en función de su situación interna, las oportunidades actuales y futuras del entorno.
De estas definiciones se pueden obtener características comunes que permiten establecer los lineamientos para desarrollar una mejor planeación. Estas características son:
- Proceso continuo, flexible e integral.
- De vital importancia.
- Responsabilidad de la directiva.
- Requiere de tiempo en información.
- Pensamiento estratégico cuantificable.
- Administración estratégica.
- Cambio cultural.
Un plan, simplemente es la posición estratégica que una empresa tomará ante una situación específica, ya sea a corto, mediano o largo plazo. Esta posición tendrá que tomar en cuenta las siguientes preguntas: ¿Cuál es mi visión? ¿A quién debo dirigirme? ¿Qué productos y servicios debo ofrecer? y ¿Cómo ejecuto este proceso? Desafortunadamente una posición nunca permanece única y atractiva para siempre, ésta debe estudiarse, evaluarse y hacer las correcciones pertinentes.
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